Aunque parece ser que en Irlanda buscan los huevecitos el día 25, nosotros lo hicimos un día más tarde, por el retraso con el correo.
La idea era hacerlo al aire libre y esconderlo por el huertecillo, el patio...pero como esta primavera viene lluviosa, el tiempo no nos lo permitio;así que lo hicimos por la casa.
Pusimos flechas por toda la casa desde la habitación de D -El Bunny trail- hasta el salón.
Una vez allí, le dimos el mapa del tesoro.
Un pequeño mapa esquemático del salón con estrellas indicando dónde estaban escondidas las chocolatinas.
Estaban por todas partes: debajo del sofá...
Dentro de una taza...
Debajo de las revistas..
Esta fue la recolección.
Y la última parte ¡comerselas!
Cómo nosotros no somos muy practicantes, no le encontramos mucho sentido a la semana Santa de procesiones y Saetas; nos quedamos con la llegada de la primavera,los huevos de Pascua y las torrijas. Ñam ,Ñam.
¡¡¡FELIZ PASCUA!!!
Muchísmas gracias por colgar la entrada. Me ha hecho mucha ilusión ver ahí un trocito de mí :)
ResponderEliminarYo, por mi parte, solo apuntar un poco de dónde viene esta tradición. Está relacionado con los ciclos de la Naturaleza: el comienzo de la primavera y su resurgir vital. Ahí va: el conejo es un símbolo de fertilidad asociado con la diosa fenicia Astarté, a quien además estaba dedicado el mes de abril. En alusión a esa diosa, en algunos países a la festividad de pascua se la denomina "Easter". Originariamente, "Easter", según el diccionario Westminster de la Biblia, era «originalmente la festividad de la primavera para honrar a la diosa teutónica de la luz y de la primavera, a quien se conocía en anglosajón como Easter».
Por otro lado, la recolección de huevos está también vinculada con la llegada de la primavera. En la Prehistoria los hombre aprovechaban el momento en que las aves anidan para recolectar los huevos y, de esa manera, sobrevivir hasta la llegada del deshielo o época propicia para la caza.
En fin, tradiciones ancestrales. A mí me encanta "Easter", todo lleno de pollitos, de huevos y conejos; la ilusión de los niños recolectando...Pero, he de confesar que nuestra Semana Santa para mí no tiene precio. Yo con lo mejor de cada casa, ala! :)
Un beso muy fuerte para todos. Ya sé que E. no puede comer chocolate, pero bueno, puede disfrutar de los colores, las formas y, claro está, la alegría de D. en su recolección. Os quiero.